Hay sesiones de maternidad que son muy especiales y este fue el caso de la sesión de embarazo de Saray y David. Fue la segunda vez que contaron conmigo para retratar esta etapa tan bonita. En su primer embarazo, en el que esperaban a Irei, estuvimos haciendo unas fotos en exteriores al atardecer. Esta vez era muy diferente porque el futuro hermano mayor se unió a la sesión y, además, decidimos hacerlas en interior, mucho más íntimo y bonito.
La luz entraba por las ventanas en una mañana de finales de septiembre. Aún el tiempo estaba en calma y pudimos disfrutar del sol antes de que el otoño apareciese. Irei no me quitaba el ojo de encima y mucho menos al objetivo de la cámara. Aprovechamos cada rincón de la casa, cada objeto y cada reflejo. Algunas Irei solo, otras la familia al completo y, por supuesto, otras muchas de Saray con esa barriga perfecta creando vida.
¡Qué rápido pasó la mañana! ¡Y cuánto la disfrutamos!